Capítulo 8: Interrogatorio Justo cuando pensaba que mi vida no podía ser más rara, me sucede esto. Primero, me entero de que hay otro yo que piensa por cuenta propia; segundo, hay un grupo de locos que me secuestraron sin razón aparente, a menos de que buscar a mi otro yo, que de por si se llama “Amets” cuente como motivo. Ahora heme aquí, con sangre brotando de mi cabeza bajando por el ojo derecho, mas dos agujeros en mi cuello cortesía de una fulana “Ona” y amarrado a una silla de acero, frente a una mesa y dentro de un cuarto oscuro. Simplemente maravilloso.
Después de que la vista se ajustó a la oscuridad del cuarto, noté una puerta de madera y un espejo rectangular en posición horizontal del lado derecho. - una sala de interrogatorios - pensé, y estaba en lo cierto al ver la puerta abrirse lentamente de par en par. La luz me cegó y obligo a entrecerrar el ojo izquierdo, pero pude distinguir la silueta de una mujer pequeña con algo en la mano.
- muy bien, veamos…- dijo revisando los papeles que llevaba en la mano mientras tarareaba una canción. – Ross McGaler, 19 años, latinoamericano, recién mudado hace dos años con unos amigos y…trabajas haciéndole publicidad gráfica a un bar? Wow…no eres un poco pequeño para estar trabajando allí?
Sólo guardé silencio, tratando de verla detalladamente.
- …tomaré eso como un si. Hay algo que no sepa sobre ti? – dijo sentándose en la silla que tenia enfrente. – bueno, aparte de que eres O negativo, pero tu sabor es bastante peculiar.
- ah, eres tú. – dije soltando una risa falsa y echando la cabeza hacia atrás.
- insúltame todo lo que quieras, eso solo demuestra que eres un pequeño malcriado y grocero.
- pero qué…cómo sabias... – le dije irguiendo la cabeza y mirándola fijamente.
- desde que tomé de tu sangre tengo un vínculo contigo, sólo temporal claro está, asi que todo lo que pienses puedo verlo o leerlo. – dijo con una sonrisa de triunfo.
- ah si? Y que tal si pienso en…
Antes de terminar la frase, vi como su rostro se enrojecía de vergüenza y furia, lanzándome una bofetada.
- …pervertido… - dijo viéndome fijamente, aún con la cara roja.
Al momento de su respuesta, una bocina sonó a mis espaldas. – típico…- dije en voz alta. Estaba claro que la persona que estaba hablando se encontraba al otro lado del espejo, escuchando la conversación y analizando todo lo que decía.
- Necesitas ayuda, Ona? – gruñó una voz ronca desde el parlante. Apenas la escuché deduje que era del tigre de bengala que me había dado la paliza de mi vida.
- No, tranquilo Rayas. – volteó al espejo con una sonrisa y después regresó a su lugar. – asi que…Ross, desde cuando hablas con Amets?
- Para que quieren saber? – dije mirando al espejo.
- “Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.” Isaac Newton. – dijo la chica mientras miraba las hojas.
Al escuchar la frase, no pude evitar mirar detalladamente a la chica que tenia en frente. cabello negro con un mechón violeta por los hombros, piercings en las orejas y ojos café claro.
- Ma…Marki?
- Hola Ross, cuanto tiempo. – dijo con una sonrisa.
- un momento, me pueden explicar que esta pasando aquí!? – dije tratando de soltarme de las esposas. – Por qué, Mar? Por qué!?
- tranquilo, prometo explicarlo todo a su debido momento y por favor, CÁLMATE ya, tus pensamientos me marean. Confía en mí.
- confiar en ti!? Dejaste que me dieran una paliza cuando pudiste explicarlo todo desde un principio, y no contenta con eso me clavaste los colmillos!! – le dije riendo desquiciada mente.
- CÁLMATE. – dijo sentándose en la mesa, sacando una venda doblada y un frasco de alcohol médico de un bolsillo, para luego remojar ésta y limpiar la herida que tenía en la frente.- de todas maneras no hubieras venido con nosotros si te lo explicaba. No después de que mi jefe dijo que te mataría. En realidad no lo quiso decir así; nunca asesinamos personas, no importa la situación.
- ouch… entonces lo dijo por amedrentarme? Simplemente divertirse un poco con el espectáculo?
- …algo así…-dijo riendo.
- …bastardo…
- pues este bastardo se disculpa. – dijo mientras entraba al cuarto.
A pesar de que sentí vergüenza, no me retracté de lo que dije, y esto le causo gracia a Marki.
- ok…disculpa aceptada…creo… - dije mirando a otro lado. – ahora me pueden explicar que esta pasando aquí?
- hay tres clases de personas en este mundo; la primera clase, que son los normales por así decirlo, vienen con su forma animal desde que nacen; la segunda clase, a la cual perteneces, nacen como humanos y se desarrollan en un tiempo variado. Lo mas curioso de esta clase es que nacen con una segunda personalidad…
- o sea que después de todo estoy loco? – interrumpí
- no. La segunda personalidad no se debe a un factor mental. Ahora, continuando con lo que decía, esta persona puede interactuar con su segunda personalidad tanto física como mentalmente, y usar sus habilidades a su antojo.
- habilidades?...oh si, claro…ahora tenemos súper poderes…-dije riendo sarcásticamente.
- si no me crees, como es posible que pueda saber todo lo que piensas, antes de que lo digas? – interrumpió Marki. – ésta es mi habilidad, o la de Ona, que es mi segunda personalidad.
- buen punto…ok, y que con la tercera clase?
- la tercera clase es la razón de existencia de esta organización. – dijo el león seriamente mientras se apoyaba de la pared. – hay personalidades rebeldes y peligrosas, que piensan que sería mas justo si ellos pudieran controlar a su portador y hacer lo que les de la gana. Nosotros nos encargamos de buscarlos, cazarlos y extraerlos. Aunque han habido casos en los que ha sido necesario eliminar al sujeto, ya que la segunda personalidad ha suprimido por completo a la original del portador.
-…y yo que tengo que ver con todo esto?
- que aún no sabemos si tu SP quiere adueñarse de tu cuerpo. – finalizó Marki.
- ok pero…
- que como sabemos quienes son buenos o malos? Esa es la habilidad del jefe. – terminó Marki. – de hecho, él los puede traer a la realidad física y mantenerlos aquí el tiempo que le plazca.
- Ona…déjame hablar a mi, si? – dijo el león colocando una mano en la silla.
- uhm…si señor. – acto seguido, Marki se levantó de la silla y abandonó el cuarto.
- ok, ahora dime lo que sabes de tu SP. – dijo apoyando los codos en la mesa.
- …disculpe pero…aún no se su nombre.
- te podría decir que me llamo Rafael y te quedarías tranquilo con eso, aun sabiendo que es una mentira.
- cierto, pero eso rompería la hostilidad que siento hacia usted y ayudaría a sentirme mas cómodo mientras hablo, me entiende?
- Heh…buen punto chico. Comienzas a agradarme finalmente. Me llamo Lionel.
- mucho gusto señor Lionel. – le dije extendiéndole una mano.
Acto seguido, el tigre entro a la habitación al ver que estaba libre para controlar la situación, pero se detuvo al ver que Lionel le hizo una señal con una mano, mientras que con la otra estrechaba la mía.
- el gusto es mío. Quien te enseñó a hacer eso?
- un amigo que trabaja con esposas muy seguido.
- interesante. Bueno, regresando al tema… - dijo soltando mi mano y recostándose de la silla.
- ah, bueno…lo único que se de el es que es exactamente igual a mí, que pregunta muy seguido que y quien soy y que se llama Amets, pero eso lo supe por usted.
- hmm…típico. Y ya sabes que y quien eres?
- algo asi…se lo que soy ahora gracias a él y a ustedes…pero quien soy? Podría decir que soy Ross McGaler y se que usted no estaría satisfecho con eso.
- cierto. Quien eres se podría responder con la habilidad que posee tu SP, pero no lo sabes.
- exacto. – respondí. - …ahora que?
- pues…creo que eso es todo. Ona te llevará a casa y estará monitoreándote. No nos sirve de nada mantenerte aquí con la poca información que tenemos de tu SP. Vamos.
Al salir del cuarto entramos a un pasillo largo con varias puertas, y al fondo, que era a donde nos dirigíamos, se encontraba una especie de lobby. Parecía una comisaría, ya que había personas llevando a otras esposadas de un lado a otro, pero ninguno tenía placas ni uniformes. Al estar allí, me di cuenta que me había quedado solo por unos segundos, luego, Marki me tomó de un brazo y comenzó a caminar a mi lado.
- entonces… ahora voy a estar bajo tu custodia?
- sep! Por qué? No te gusta?
- oh, pensar que me estarán vigilando a cada momento es sensacional.
- jeje…lo siento, pero es mi trabajo.
- ahora lo que me preocupa es qué pensarán Cal y Aileen cuando me vean así…- le dije refiriéndome a mi estado actual; un corte pequeño pero un poco profundo en la frente, dos agujeros en el cuello y unas gotas de sangre en la camisa…simplemente encantador.
- por eso ni te preocupes, ya les informé de lo sucedido.
- así de simple? Y que dijeron?
- nada…no mucho. Ellos también son agentes de nuestra organización, así que no se sorprendieron mucho. De hecho, vives con ellos por tu situación actual.
- …eso no fue muy agradable…- le dije sintiéndome dolido. En ese momento pensé si nuestra amistad era verdadera o sólo era parte de este plan de mantenerme en vigilancia.
- oh…lo siento, no fue mi intención decirlo de esa manera. ya deja de pensar en eso…me harás sentir mal también…
- lo siento Mar, pero no puedo…hay cosas que es mejor no saber o decir…porque no sabes cuanto puedes herir a alguien.
Continuará.